La Fundación para el Fomento de la Innovación Industrial ha elaborado el informe técnico “El apagón 28A: análisis físico de sus posibles causas y propuestas preliminares para disponer de una red firme y estable compatible con la transición energética”, con fines didácticos y divulgativos, realizado por Pascual Simón Comín, director del LCOE (Laboratorio Central Oficial de Electrotecnia) y profesor asociado de la UNED (Universidad Nacional a Distancia), y Fernando Garnacho Vecino, responsable del Grupo de Investigación de Redes e instalaciones de baja y alta tensión y Catedrático de EU de la UPM (Universidad politécnica de Madrid).
APIEM has querido hacer una breve entrevista a los autores para profundizar más en este informe técnico, en el que se expresa la opinión razonada de los autores y no responde a un estudio o proyecto específico realizado por el LCOE, por la ETSIDI de la UPM o por la ETSII de la UNED.
¿Por qué han decidido hacer este informe más allá de los fines didácticos?
Quizá se entienda mejor la respuesta si se realiza otra pregunta. Dada la magnitud y relevancia del apagón del 28A ¿Hubiera sido de recibo que ingenieros prestigiosos del Laboratorio Central Oficial de Electrotecnia (LCOE) o del Grupo de Investigación “Redes e Instalaciones Eléctricas de Baja y Alta Tensión” (RIBAT) de la Universidad Politécnica de Madrid actuaran como espectadores sin aportar información técnica al respecto?
Cientos de alumnos que han pasado por las aulas de la universidad y cientos de profesionales que han acudido a los cursos sobre los reglamentos de baja y alta tensión impartidos en el LCOE no hubieran entendido este vacío.
Aunque nuestra opinión se exprese desde la libertad de cátedra y sin comprometer a las instituciones en las que trabajamos, es nuestra vocación y casi nuestra obligación como profesionales aportar una visión técnica razonada, tanto en las causas físicas del apagón como en posibles soluciones para que no vuelva a ocurrir. Ciertamente el informe divulgativo publicado carece de datos de detalle al quedar fuera de nuestro alcance, pero creemos que permite al lector cualificado que lea el informe completo o al no cualificado que lea solo los apartados uno de resumen, tres sobre posibles causas, y cinco de reflexión final, entender mejor lo sucedido el 28A.
A través de una formulación simple y razonamientos sobre principios eléctricos básicos hemos tratado de ilustrar la complejidad del sistema eléctrico, de las variables puestas en juego y la estrecha relación entre ellas: potencias reactivas y tensiones o potencia activa y frecuencia.
El informe tiene también como objetivo dar a conocer las limitaciones de energías fotovoltaicas y eólicas. Las bondades de la energía renovable habían sido ampliamente divulgadas y bien conocidas por la opinión pública, pero no tanto sus limitaciones. Es importante transmitir que son necesarias inversiones significativas en la red eléctrica, para lograr que las energías fotovoltaicas y eólicas puedan integrarse en la red con una firmeza, estabilidad y resiliencia equivalente con la aportada por las energías síncronas convencionales.
Brevemente, ¿cuáles creéis que fueron los motivos del apagón del 28A?
El informe publicado recoge en un apartado las “Posibles causas del apagón”. El cero de tensión del 28A no responde a un único motivo; un conjunto de perturbaciones encadenadas en un momento en que la generación fotovoltaica más la eólica tenían un peso de un 65% provocaron el apagón porque el sistema no tenía la estabilidad suficiente para soportar estas perturbaciones.
La estabilidad del sistema eléctrico se define como la capacidad que tiene, partiendo de una situación inicial de operación, de llegar a otro estado de equilibrio después de estar sometido a una perturbación, garantizando que la mayoría de las variables del sistema permanecen intactas después de la perturbación.
Sin duda, el gran peso de la generación fotovoltaica, con sus limitaciones actuales, combinado con una red de distribución y transporte sin los sistemas de compensación adecuados y sin las interconexiones internacionales de apoyo suficientes pudo ser la causa del apagón generalizado, sin que las protecciones fueran capaces de aislar el defecto a un área geográfica de menor extensión.
Algunas voces aprovecharon para “demonizar” a las renovables. En el informe se deja claro que no es su intención hacerlo, ¿podéis aportarnos un argumento que desmonte esta demonización?
En absoluto, las energías renovables no se deben demonizar. España es privilegiada por el regalo que la naturaleza nos brinda de radiación solar y por los fuertes vientos gracias a la orografía de los sistemas montañosos con los que cuenta la península Ibérica. El suceso ocurrido debe servir para conocer mejor cómo integrar las energías renovables en las redes eléctricas.
Existen soluciones tecnológicas que permiten hacerlo y que ya se están usando, pero seguramente no siempre con la suficiente penetración, hablamos de baterías de almacenamiento de energía, de inercia sintética, de convertidores “grid forming”, de compensadores síncronos, de control de potencia – frecuencia para módulos de generación de menos de 5 MW y de sistemas de protección adaptados a la generación distribuida que se inyecta de forma muy repartida en muchos nudos de las redes de distribución, en lugar de inyectarse a las redes de transporte en un número reducido de nudos.
¿Lo que ha ocurrido “se veía venir”?
A posteriori es relativamente fácil expresar este tipo de sentencias, pero eso no significa que existieran signos inequívocos que permitieran anticipar el apagón generalizado de toda la península Ibérica.
Una vez ocurrido el apagón se pueden encontrar días o situaciones que guardan cierta similitud con lo ocurrido el 28A. Por ejemplo, los sucesos ocurridos justo una semana antes, en los que las sobretensiones de la red detectadas por ADIF obligaron a detener la circulación de muchos trenes. Igualmente, las oscilaciones de potencia – frecuencia previas del propio 28A pudieron tener una influencia en el apagón posterior ya que para eliminarlas se cambió el modo de explotación del enlace por los Pirineos con Francia, cambio que contribuyó a mitigar las oscilaciones, pero pudo reducir la estabilidad del sistema ante posibles perturbaciones al funcionar en modo de intercambio de potencia fija.
¿Podría volver a pasar?
Cuando sucede algo como el 28A, lo mejor son las lecciones aprendidas. Es sumamente improbable que se repita un apagón como el del 28A. De forma inmediata REDEIA modificó la explotación de la red, pasando al modo denominado “seguridad reforzada”, modificando el mix como medida de precaución. Cuando se hayan realizado estudios de detalle y con el rigor necesario estamos convencidos de que se tomarán las medidas necesarias, se acelerarán inversiones y, probablemente, se mejorarán o incrementarán también las interconexiones internacionales. El apagón de la Península Ibérica del 28A se está estudiando en Institutos, Universidades y por expertos de todo el mundo, y las lecciones aprendidas serán extrapolables a los sistemas eléctricos de otros países que, como el nuestro, han apostado decididamente por las energías renovables como camino para la transición energética, con el fin de alcanzar la meta de cero emisiones netas de gases con efecto invernadero.
Puedes consultar el informe completo en este enlace.
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