Mujeres instaladoras en primera línea

Carolina, Alicia, Eva, Sonia, Cristina y Rosa, son solo algunos de los nombres de mujeres electricistas madrileñas que a diario están en primera línea en un sector que tradicionalmente ha sido masculino, pero en el que cada vez más se van viendo rostros femeninos.

Podrían haber sido médicos, maestras, traductoras, periodistas, agentes comerciales, pero decidieron que lo suyo era la electricidad, los cables, los amperios, los voltios y la luz y sin mirar atrás, o más bien sin darle muchas vueltas a lo que veían, apostaron por este sector.

Son un ejemplo de igualdad, de lucha, de querer cambiar las cosas y de hacer del eléctrico un sector en el que todos tienen cabida.

Ellas, como tantos otros compañeros instaladores, durante el más duro confinamiento salían a la calle, dejando atrás su miedo, sus incertidumbres, sus hijos, su familia y su hogar, para enfrentarse en primera línea a un mundo incierto en el que la electricidad ha demostrado ser un servicio esencial y en el que las instaladoras y los instaladores se han alzado como trabajadores fundamentales para que no faltase en ningún lugar corriente eléctrica que permitiera seguir luchando contra el virus.

Ojalá todo esto pase pronto y también ojalá suceda pronto que abrir la puerta tras un aviso y encontrarse al otro lado a una instaladora no le extrañe a nadie.