La eficiencia energética de la mano de la detección y regulación lumínica

Autor: Marta Blanco Rodríguez. Responsable de producto en TEMPER

Hoy en día es necesario disponer de una conciencia medioambiental y ser conscientes de que el consumo energético y las vías para aprovecharlo de una manera más respetuosa con el medio ambiente y el planeta en general, es una tema decisivo y transcendental hoy en día. Por ello, es necesario ahorrar toda la energía posible, optimizando su uso, empezando por la adaptación de los diversos sectores de la sociedad.

En la búsqueda de soluciones para reducir el consumo de energía y promover la sostenibilidad, el uso de detectores de movimiento y presencia se ha convertido en una práctica común en diversas aplicaciones dentro de los diferentes sectores del mercado. Estos dispositivos, que funcionan detectando la presencia de personas o el movimiento en un área determinada, permiten optimizar el uso de la energía al encender o apagar automáticamente los sistemas de alumbrado según sea necesario.

También es importante destacar que los detectores de presencia y movimiento son comúnmente tratados como el mismo tipo de dispositivo electrónico, y, aunque pertenecen a la misma familiar y claramente el objetivo es el mismo, la optimización de los tiempos de funcionamiento y el ahorro energético y económico, existen diferencias entre ambos que debes tener en cuenta, que se han englobado seguidamente en los detectores de con detección por infrarrojos (PIR).

  1. Los detectores de movimiento detectan el calor que desprendemos las personas al movernos a través de infrarrojos y se activan o desactivan en relación a esa sensibilidad térmica.

Por ello, son la opción idónea para zonas de tránsito/paso como pasillos, escaleras, vestíbulos, etc.

  • Los detectores de presencia detectan de la misma manera, pero además están diseñados para ser más sensibles al movimiento y apagar la luz cuando la iluminación natural es suficiente.

En este caso, la utilización de este tipo de detectores reside en interiores con presencia habitual de personas, como zonas de trabajo, colegio, oficinas, etc.

¿Cuál es el funcionamiento de los detectores de movimiento y presencia?

Los detectores de movimiento y presencia son dispositivos electrónicos que utilizan sensores para detectar cambios en el ambiente. Los sensores pueden ser infrarrojos (PIR), ultrasónicos o de otro tipo. Cuando detectan movimiento o presencia, envían una señal que activa o desactiva los sistemas conectados, como la iluminación o el control de climatización, sobre todo esto último en casos donde se utilicen detectores con dos canales de control.

¿Cuáles son las principales ventajas de usar este tipo de equipos?

  • Ahorro de energía

Una de las principales ventajas de utilizar detectores es el ahorro de energía que se logra. Por ejemplo, en el caso de la iluminación, estos dispositivos permiten encender las luces solo cuando hay personas presentes en una habitación. Una vez que las personas salen del área detectada, las luces se apagan automáticamente tras el tiempo programado de consigna. Esto evita el desperdicio de energía causado por luces que permanecen encendidas innecesariamente. El ahorro también se aplica a otros sistemas como el aire acondicionado, calefacción y ventilación, donde se puede regular automáticamente la temperatura al igual que se hace en el caso de la iluminación.

  • Mejora en la vida útil de los equipos

El uso de estos equipos también contribuye a alargar la vida útil de los equipos. Al reducir el tiempo de funcionamiento de los sistemas, se disminuye el desgaste y la necesidad de mantenimiento constante. Por ejemplo, al reducir el tiempo de encendido de las luces, la iluminación dura más tiempo antes de requerir reemplazo. Esto no solo tiene un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también genera ahorros económicos a largo plazo muy notables.

  • Seguridad y comodidad

Además de los beneficios energéticos, los detectores de movimiento y presencia también mejoran la seguridad y la comodidad en los espacios. Por ejemplo, en áreas de tránsito como pasillos o escaleras, la iluminación se activa automáticamente cuando una persona se acerca, lo que reduce los riesgos de accidentes por falta de visibilidad. Asimismo, por ejemplo, en vestuarios, los detectores con dos canales pueden activar los sistemas de ventilación para asegurar un ambiente fresco y limpio mientras se encuentran ocupados.

¿Y que pasaría si además de englobar la función de detección, hacemos uso de una regulación lumínica? De tal manera que la luz artificial se regulará constantemente según el aporte de luz ambiental. Actualmente, aunque hay diversos tipos de protocolos de regulación, destacan los siguientes:

  • Protocolo de regulación 1-10V – resulta ser un sencillo (y muy utilizado) sistema de regulación de luz que permite efectuar de modo sencillo una regulación entre el 1%-100%, a través de una señal analógica 1-10V.
  • Protocolo de regulación DALI – es un protocolo de comunicación bidireccional entre el máster (detector) y las luminarias DALI, aportando éstas últimas, información de retorno o control al máster, aportando la luz artificial necesaria en cada caso en función del aporte de luz natural.
  • Protocolo de regulación KNX – es un protocolo de comunicaciones que puede transferir datos de control de todos los componentes asociados al bus común KNX.

Con cada uno de ellos, siguiendo las propias especificaciones del protocolo, es posible adaptar la iluminación de un espacio de manera automática y gradual según las condiciones lumínicas del entorno, lo que resulta en una experiencia visual más cómoda y agradable. Esta regulación evita la fatiga visual causada por contrastes excesivos entre la luz artificial y la luz natural, especialmente en espacios interiores con ventanas, mejorando también la productividad y rendimiento de los trabajadores, por ejemplo, si se utilizan este tipo de dispositivo en oficinas, creando ambientes acogedores y personalizados. Además, la regulación lumínica inteligente contribuye a la eficiencia energética al ajustar la intensidad lumínica de las luces en función de la iluminación natural disponible, reduciendo así el consumo de energía y los costos asociados.

Como conclusión, los detectores de movimiento y presencia se han convertido en una herramienta clave para mejorar la eficiencia energética en diversos entornos. Su capacidad para encender o apagar automáticamente los sistemas según la presencia de personas o el movimiento, ligado a la función de regulación lumínica, no solo genera ahorros significativos de energía, sino que también contribuye a una mayor comodidad, seguridad para las personas y además es beneficio para el medio ambiente. Al implementar esta tecnología, tanto los hogares como el sector terciario e industrial, pueden reducir su huella energética y avanzar hacia un futuro más sostenible.

Desde Temper contamos con una gama especializada, amplia y flexible de control energético por movimiento, adaptándonos a las necesidades de nuestros clientes y dándoles soporte técnico y asesoría en toda la cadena de valor del proyecto.

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