En un mundo en constante búsqueda de soluciones energéticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, el hidrógeno verde en España se presenta como una opción revolucionaria. Esta forma de hidrógeno no solo promete ser una alternativa limpia a los combustibles fósiles, sino que también podría desempeñar un papel crucial en la transición hacia un futuro energético más sostenible. Sin embargo, detrás de esta promesa se esconden distintos matices y desafíos. En este informe de mercado abordaremos, de la mano de expertos, las diferentes facetas del hidrógeno, desde su producción hasta sus aplicaciones, y analizaremos por qué el enfoque en el hidrógeno verde está ganando terreno en la lucha contra el cambio climático y la dependencia de los combustibles tradicionales.
”Se apuesta por el hidrógeno verde porque es eso o nada: si hay que dejar de usar combustibles fósiles, no hay más opción que introducir el hidrógeno verde”. Así de contundente se muestra la química especializada del CSIC María Retuerto, en un reportaje elaborado por la revista Retina.
Tipos de hidrógeno según su proceso de producción
El hidrógeno puede quemarse como la gasolina o el diésel, “con la diferencia abismal de que su combustión no genera gases de efecto invernadero ni contaminación, sino únicamente vapor de agua”. “Es una solución transversal, pues representa una nueva generación de combustibles que permite una producción independiente y una utilización inocua”, resume el doctor en Ingeniería Térmica especializado en energías renovables, docente e investigador en UNIR, Pedro Muñoz Velasco.
Aun así todo tiene un “pero”, ya que aunque en condiciones ideales el hidrógeno solo genere agua como residuo, su impacto ambiental depende de cómo se obtenga, porque no se encuentra de forma natural en la Tierra, sino en combinación con otros elementos, como en el agua.
“La forma más habitual de hacerlo es mediante electrólisis: en cada molécula de agua se separan los dos átomos de hidrógeno del átomo de oxígeno mediante energía eléctrica. Aquí empieza a colorearse el ‘Pantone’ del hidrógeno, que depende de la energía que se consuma para obtenerlo y del propio proceso en sí. Sobre todo, se suele hablar del hidrógeno verde, el que hemos ido mencionando, ya que es el que se produce cuando se utilizan energías renovables para la electricidad necesaria. Este es el mejor escenario, pero hay más”, indican desde Retina.
Hidrógeno verde, gris, azul, negro y rosa
Cuando se obtiene a partir de gas natural se llama hidrógeno gris; en este proceso se genera dióxido de carbono. El hidrógeno azul es como el gris, pero parte de este carbono se almacena y se captura.
Si se emplea carbón como fuente de energía, se califica como hidrógeno negro o marrón, y las consecuencias de efecto invernadero son mayores.
Por último, el hidrógeno rosa utiliza la energía nuclear como fuente de electricidad. Es decir: no todos los tipos de hidrógenos son vectores energéticos limpios o combustibles de origen renovable.
Actualmente, prácticamente todo el hidrógeno que se usa es gris. Para pasar del gris al verde, el gran reto es conseguir unos números competitivos. “Se espera que los costes de producción disminuyan de forma constante hasta 2030 y vayan adquiriendo realmente relevancia a medida que esto ocurra”.
Como analizan en PwC, el coste de producir hidrógeno gris oscila entre 1 y 2 euros por kilogramo; en el caso del verde, el precio sube a entre 3 y 8 euros para la misma cantidad.
También existen diferentes vías para consumirlo. “Además de como combustible directo, puede emplearse como una pila similar a las baterías. Por eso puede ser un catalizador clave para las energías renovables, que ya se han vuelto competitivas en la mayoría de los mercados, pero a las que les falta pulir el reto del almacenamiento energético para evitar su dependencia a las condiciones climáticas. Si no hay disponibilidad de fuentes renovables, se puede recurrir a lo almacenado en la pila de hidrógeno; si hay un exceso, éste se puede usar para producir hidrógeno como combustible”, apuntan desde Retina.
El hidrógeno verde en España: oportunidades y retos
Ya sea como pila para la energía solar o eólica o como combustible de residuo limpio, las apuestas gubernamentales y las inversiones de las empresas europeas y españolas están marcando un camino para el hidrógeno. “En la actualidad, Europa es la precursora, ya que el hidrógeno supondrá el 11% de la combinación energética en 2050, a medida que las políticas impulsen la producción y el uso final del hidrógeno», apostilla Niyigena. Su uso traerá beneficios porque, en palabras de la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, “la previsión de España para los próximos 10 años es que la energía se va a ir abaratando a medida que aumente el hidrógeno verde”. Pero en el futuro, como recordaba Retuerto del CSIC, “la clave está en diversificar”.
Oportunidades
A favor de esta tendencia, y resaltando sus oportunidades en España, se encuentra la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el III Foro de Fondos Europeos organizado por elDiario.es, en el que destacó que el hidrógeno verde parece una apuesta de la marca España.
Del mismo modo, los reyes de España, Felipe VI, y Holanda, Guillermo Alejandro, han respaldado el proyecto para crear el primer corredor de hidrógeno verde de Europa, entre el sur, el puerto de Algeciras, y el norte, el de Róterdam, y que será un hito para la descarbonización del continente y para alcanzar su independencia energética.
Según un informe elaborado por Wood Mackenzie, España actualmente concentra el 20% de los proyectos de hidrógeno verde a nivel mundial. El único país con un porcentaje superior es Estados Unidos, que concentra más de la mitad.
Según recoge la consultora Garrigues en una edición de Los diálogos de Garrigues Sostenible, “todos los analistas ven a España como uno de los países mejor posicionados para liderar en Europa la producción de hidrógeno verde, pero, para ello, tendremos que abordar con determinación los importantes retos que se plantean”.
Además, la nueva normativa para la tramitación de renovables endurece las condiciones para los parques eólicos, fotovoltaicos y las instalaciones hidroeléctricas, pero suaviza los requisitos del hidrógeno verde.
Retos
Durante este encuentro, María Sicilia, presidenta de European Hydrogen Backbone, indicó que la clave para un correcto desarrollo e implantación de esta industria es el fomento de la generación y consumo de hidrógeno verde a nivel europeo, acompasado con la inversión y desarrollo de infraestructuras de transporte de este gas.
Por su parte, Millán García-Tola, director global de hidrógeno verde de Iberdrola, subrayó que son los consumidores quienes deben presionar al mercado demandando productos con la menor huella de emisiones de carbono posible, poniendo en valor las soluciones de descarbonización de las energías renovables y el hidrógeno verde. “Sin esa colaboración, no se va a conseguir”, afirmó. Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno y CTO de H2B2, explicó que en España hacemos muy buen I+D, pero el problema es que la tecnología resultante no se transfiere a las empresas: “Es muy importante que se lleve a cabo esta transferencia”. Por otra parte, señaló que un gran cuello de botella que hay que afrontar cuanto antes es el de la capacitación profesional.
Finalmente, Benoît Felix, Global Head of Structured Finance en Santander Corporate and Investment Banking, explicó que, además de un marco regulatorio estable, es necesario asegurar que los primeros proyectos que impulsemos sean económicamente viables. Para ello recalcó el importante papel que el consumidor final puede jugar si se le da la visibilidad adecuada, complementando las ayudas gubernamentales que serán necesarias en estas primeras iniciativas.