Son ya numerosas las medidas adoptadas desde el Gobierno, dentro del contexto definido por la Unión Europea para el fomento de la Economía Circular y la gestión adecuada de los residuos. En estas fechas ya entran en juego la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, y el primer Plan de Acción de Economía Circular para el período 2021-2023.
También son muchos los detalles y “letra pequeña” que entrañan los nuevos marcos normativos, pero acercando dichas leyes a la realidad del instalador profesional, estas serían algunas de las claves a considerar. En primer lugar, la Economía Circular quiere impulsar los equipos eléctricos que estén producidos bajo criterios de Ecodiseño. Es decir, productos que estén preparados para ser reparados, reutilizados y reciclados el máximo número de veces. Con ello, el cliente final recibirá más información con la futura Etiqueta Ecológica Europea, ECOLABEL, sabiendo la vida útil del equipo y su índice de reparabilidad.
Para una empresa instaladora, contemplada dentro del contexto del sector Construcción, va a ser clave su transformación de modelo de negocio lineal a un modelo circular. Si no damos el salto a la edificación circular, no será fácil puntuar en programas de ayudas, concursos públicos, licitaciones, y líneas de crédito públicas.
En lo que concierne a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, la máxima es “quien contamina paga”. Lo que ahora llamamos residuo, deberá ser la última de las opciones de cualquier producto o equipo, pues el objetivo de la ley es que cualquier producto, sus recursos, sean usados una y otra vez. Esta nueva ley tiene menor impacto en el quehacer diario del instalador, aunque sí implica modificaciones de interés.
Por ejemplo, a futuro se fomentarán las infraestructuras de valorización y eliminación de residuos más cerca de donde se genera el residuo. Y lo más importante, los productores no podrán destruir los excedentes de productos no vendidos. También se contemplan incentivos, como sistemas de pago por generación, incentivos fiscales a la donación de productos, contratación pública sostenible, además de medidas fiscales y campañas de concienciación pública, especialmente dirigidas a los más jóvenes.
Dentro del contexto de la Construcción, antes del 1 de enero de 2022 ya se prevé que los residuos de construcción y demolición deberán ser clasificados en, al menos: madera, minerales, metales, vidrios, plásticos y yeso. Un primer paso que nos encaminará al año 2024, momento en que será obligatoria las renovaciones y rehabilitaciones selectivas en edificios -es decir, separando los residuos y clasificándolos-.
Con todo ello, ECOLUM quiere llevar su mensaje de sostenibilidad y economía circular a los instaladores profesionales para que juntos estemos preparados ante los nuevos retos que se plantean, alineados con nuestro lema: “Tú lo instalas, juntos reciclamos”.
Fuente: ECOLUM