A la hora de elegir el panel fotovoltaico correcto no hay nada escrito porque las posibilidades son muy variadas y la selección no depende solo del panel sino de otros factores como los económicos, tecnológicos, logísticos o incluso de espacio.
- Económico: El panel ideal para el tipo de instalación que requiere el cliente supone un incremento de coste que el cliente no valora o no esta dispuesto a asumir.
- Tecnológico: El panel adecuado para el cliente no es conocido por el mismo, no le genera la confianza, para hacer esa inversión.
- Logístico: El panel que cumple con todas las condiciones del cliente no esta disponible en un periodo de tiempo medio/largo y el cliente no quiere esperar ese tiempo.
Todos estos factores deben analizarse en cada caso para intentar encontrar un equilibrio entre lo que quiere el cliente y lo que realmente necesita, y, aunque estos factores son más etéreos y, en ocasiones, incontrolables, existen otros factores que sí podemos controlar y que debemos tener claros a la hora de elegir el panel correctamente y así poder defender mejor las elecciones propuestas frente a los clientes o para defender nuestro panel frente al de otras marcas.
En el universo de los paneles fotovoltaicos existen dos factores principales que debemos tener en cuenta y conocer a la perfección:
- La eficiencia: Este parámetro es la relación entre la potencia y la superficie. Convertido en unidades métricas son watios por metro cuadrado (W/m^2). En ocasiones se confunde que un módulo de 400W (por ejemplo) es mejor que uno de 350W y eso no es totalmente cierto. Eso quiere decir que el módulo 1 ofrece 400Wp y el segundo 350 Wp nada más. Que un módulo ofrezca más watios no quiere decir que sea mejor. Para poder hacer esa afirmación habría que comprobar su rendimiento (no confundir con eficiencia) y también sería necesario tener en cuenta el tamaño del módulo para conseguir esa potencia. Si son del mismo tamaño el de 400W será más eficiente. Si, por el contrario, el de 400W es el doble de grande que el de 350W este último será más eficiente.
- El coeficiente de temperatura: Algo no conocido en vox populi es que el módulo pierde rendimiento cuanto más se calienta la célula. Quiere decir que cuanto más se caliente las células menos cantidad de energía solar es capaz de convertir en eléctrica. Esto es contrario al pensamiento general porque asocian que a más calor más energía solar y eso no es cierto. Es diferente el calor a la radiación solar. A mayor radiación más generación de electricidad. Resumiendo, lo ideal sería mucha radiación solar a baja temperatura.
En las fichas técnicas de los paneles aparecen una serie de datos que indican el rendimiento que se pierde en función de la temperatura (de la celda, no del ambiente) y por lo general, aparecerán datos para la variación de potencia, la variación de voltaje y la variación de intensidad.
Con estos datos claros ya estaríamos en condiciones de poder leer las fichas técnicas y elegir el panel fotovoltaico correcto para nuestra aplicación.
Elección según su composición y estructura:
- Monocristalinos: Su estructura hace que en general sean los más eficientes teniendo en cuenta su estructura frente a policristalinos o amorfos. Rondan los 19%-20% de eficiencia frente a los 17%-18% de los policristalinos o los 15% de los amorfos.
- Policristalinos: Ocupan prácticamente el mercado gracias a que han sido más económicos que los monocristalinos. Con el tiempo han conseguido mejorar su eficiencia acercándose a los monocristalinos. Sin embargo, alcanzar los monocristalinos en ese dato es imposible. Como dato curioso, por lo general, el panel policristalino tiene un coeficiente de temperatura menor al monocristalino por lo que a altas temperaturas tiene una pérdida de rendimiento menor.
Elección según la tecnología añadida:
- Tecnología PERC (Passivated Emitter Rear Cell): Se trata de una tecnología que se aplica tanto a monocristalinos como a policristalinos para mejorar la eficiencia gracias a optimizar los fotones que llegan a la celda. Sin entrar en tecnicismos los fotones llegan con distinta carga de energía. Hay fotones que consiguen atravesar la celda fotovoltaica y no se aprovecha correctamente para la generación de corriente eléctrica. La tecnología PERC consiste en incorporar al panel una “barrera” en la parte posterior que hace rebotar el fotón y volviendo a dirigirlo hacia la celda fotovoltaica. Así púes un módulo con tecnología PERC consigue eficiencias de alrededor de 22% y como extra, esa capa que se añaden en la parte trasera influye positivamente en el coeficiente de temperatura de la celda por lo que calentará menos y funcionará mejor.
- Tecnología Half Cell o media celda: Estos módulos se caracterizan por llevar mitades de celda en lugar de las habituales celdas completas. Esta diferencia da al módulo unas propiedades muy especiales. Por un lado, la parte superior del panel y la inferior son independientes por lo que si se generan sombras en una de las partes la otra sigue funcionando al 100% de su capacidad. Además, su eficiencia es ligeramente superior porque se consigue una menor perdida por el efecto Joule (pérdidas que se generan en el conductor por calor cuando lo atraviesa una corriente) ya que la corriente que se maneja en cada parte es la mitad de un panel convencional y, por tanto, hay menos resistencia eléctrica. Estos módulos están ganando terreno en el mercado actual.
- Tecnología Bifacial: Esta tecnología, como su nombre indica, permite producir energía eléctrica tanto por la cara frontal como por la posterior. Gracias a los cambios de arquitectura de la celda y del módulo es posible captar parte de la radiación de albedo que se genera al rebotar los fotones en la superficie terrestre. Esta captación de la radiación de albedo variará dependiendo de la superficie en la que rebote, su textura o su color entre otros factores. Gracias a este aprovechamiento extra los paneles bifocales también ofrecen un aumento de eficiencia frente a los convencionales.
Conclusión
Como puede verse, en un primer vistazo general, elegir un panel fotovoltaico para un proyecto o instalación no depende tanto de ver la potencia que el panel pueda suministrar sino de tener claro los conceptos detrás de cada panel y el estudio de cada proyecto y de cada cliente.
Actualmente estamos en un momento dulce dentro del sector fotovoltaico y cada cierto tiempo aparecen universidades o empresas con I+D+i dedicada con algún nuevo tipo de celda o alguna nueva tecnología que mejora la eficiencia u ofrece nuevas soluciones para los proyectos que cada día nos encontramos. Es fundamental conocer estos conceptos y las tecnologías que van surgiendo para poder ofertar correctamente y poder explicar al cliente porque esa oferta es “el mejor panel” para él.